Aprehender el sentido siempre excesivo de la ciudad, seguir su actualdisposición ilimitada, dicho de otro modo, recorrerla por medio de uncontacto que circula en esos espaciamientos. Eso no se asemeja a nada, o se parece bastante al movimiento, el de la literatura, pero he aquí un filósofo que pese a todo camina (o circula) y que, a partir deeste descenso junto a la literatura (es decir, a la impresión, ladescripción), deja fluir su pensamiento como una sucesión de burbujasdiscontinuas."