Dios rico, hombre pobre: Dios todo, hombre nada. Tal es la tremendasospecha que, desde Feuerbach y Niestzsche, envenena las relacionesentre la Modernidad y el Cristianismo. Dialogar con esta sospecha ydejarse interrogar por ella acerca de nuestras deformacioneshistóricas en la piedad individual, en la teología oficial o en elsecuestro burgués del Evangelio: interrogar, a su vez, a esa sospecha, confrontándola con la experiencia cristiana original y poniendo aldescubierto sus profundos malentendidos: tal es el propósito principal de este libro. Para ello, sin tópicos menosprecios del "Dios de losfilósofos", se acude, ante todo, al Dios de Jesús. Al Dios que enJesús de Nazaret se muestra como salvación incondicional que afirma al hombre en su más profunda autonomía: que defiende sin ambigüedades al pobre: que, como el "Anti-mal", está siempre del lado del hombre y en contra del sufrimiento y la desgracia. Al Dios que es el sentido y la alegría profunda de la existencia de aquel que lo descubre oentre-descubre. Dios como Padre (como Padre/Madre), más acá ya de toda sospecha freudiana, es el símbolo fundamental. Símbolo fascinante einabarcable que este libro intenta, modesta y dialogalmente, exponerante el lector que sienta de algún modo la llamada de "lo otro"...ANDRÉS TORRES QUEIRUGA, profesor de Teología Fundamental en elInstituto Teológico Compostelano, y de Filosofía de la Religión en laUniversidad de Santiago, miembro de la Real Academia Galega y director de la Revista "Ecrucillada", ha publicado en la Editorial Sal Terrae: Confesar hoy a Jesús como el Cristo (1994), Recuperar la salvación(1995), ¿Qué queremos decir cuando decimos "infierno"? (1995),Recuperar la creación (1997), Fin del cristianismo premoderno (2000) y Por el Dios del mundo en el mundo de Dios (2000).