Oliver Sacks se interna ahora en el insondable silencio de los sordospor medio de una comunidad que existió durante más de dos siglos enMassachusetts, en la que había una forma de sordera hereditaria. Así,los que podían oír eran «bilingües», y podían pensar y hablar de vivavoz y también en el lenguaje de señas. Para el autor, el lenguaje deseñas no es una mera traducción de las lenguas habladas, sino unlenguaje tan rico y tan efectivo para el pensamiento y la transmisiónde la cultura como las diferentes lenguas de los oyentes. OliverSacks, neurólogo, psiquiatra y humanista, ha escrito una provocativameditación sobre la comunicación, la biología y la cultura.