No creo que sea tarea demasiado difícil para un escritor esta deseleccionar sus mejores páginas. En último término se seleccionan laspeores y se descartan, se hace una segunda selección, que esdescartada a su vez, y se continúa así hasta que, descartado ya todolo descartable, no le queden a uno en la mano más páginas que lasestrictamente necesarias para formar un volumen. Entonces se cogenestas páginas, se ordenan y se le presentan al público diciéndole:-He aquí mis páginas mejores. Las otras son también bastante buenas,no se vayan ustedes a creer. Tienen forzosamente que ser buenas porque lo mejor solo puede salir de lo bueno, pero estas les dan ciento yraya a todas las demás, y yo me apresuro a ofrecérselas a ustedesahora en este tomo para solaz y edificación de su espíritu. [...]