Un libro sobre los libros es un metalibro. Por eso, esto no es unlibro. Ante las abrumadoras ofertas de programas de ordenador quesupuestamente satisfacen todas las demandas de saber, Eliseo Verónofrece en el presente estudio una apasionada defensa de la experiencia de la lectura. En la actualidad, la relación ?casual u obligatoria?de los lectores con los libros parece estar en crisis. Estamosasistiendo a una evolución que impone la imagen, mientras que laescritura y la lectura como parte de la comunicación social parecenestar en vías de extinción.
Ante estos pronósticos, el autor analiza en primer lugar cómo sedesarrolla en el presente la relación entre los libros, los lectores y ciertas instituciones especializadas, como las bibliotecas públicas,para poner en contacto a ambos y cuáles son sus estrategias. Ensegundo lugar, investiga las características discursivas de la ofertade los "libros de texto" destinados a la adquisición de conocimientosen el marco de aprendizaje escolar, donde están involucrados tresgrupos de actores: los maestros, los padres y los alumnos.
En esta "fenomenología del objeto libro" se reúnen todas las facetasde la experiencia de la lectura. Un libro es, ante todo, un lugar enel que se puede entrar y del que se puede salir. Se trata de unespacio de reenvíos y trayectos, de avances y retrocesos, hecho de untejido de vectores indiciales.
Desde el punto de vista de las condiciones de reconocimiento o delectura, hasta el libro más tradicional tiene la estructura de unhipertexto y cualquier lector estudioso ha practicado desde siemprelas operaciones hipertextuales: un libro lleva a otro y, por supuesto, una biblioteca es toda una arborescencia hipertextual. Al contrariode lo que anuncian los vendedores de tecnología multimedia, la gran"revolución" de la informática hipermoderna no es más que lacontinuidad de una práctica desde siempre presente en la lectura delibros.
Al estudiar el proceso de recepción e individualización de los librospor medio de la lectura, el autor muestra cómo el tiempo del libro searticula con el tiempo del lector a lo largo de la vida. Precisamentelas implicaciones espaciales y temporales de la lectura de libros sepierden en el uso del ordenador. Pero es más, si los textos producidos para ordenadores no se construyen a partir del pleno dominio de lalectura de libros, no podrán decirnos ya nada.
Esta importante reconstrucción de las diferentes modalidades de lafunción del libro y de la lectura pone radicalmente en cuestión lasuperioridad de los medios electrónicos al servicio del aprendizaje ydenuncia los engaños consumistas y el despilfarro en aras de unainnovación que podría terminar con una de nuestras herramientas delconocimiento más valiosas.