Todo aquél que desde sus diferentes disciplinas y prácticas sepregunta acerca de cómo se construye la experiencia humana, contribuye con sus respuestas posibles a su construcción. Implicado en estepreguntarse hay un nivel de reflexión que comparten todos loscontribuyentes a este volumen y que está, por cierto, implícito tantoen el constructivismo como en el construccionismo social, y también en las posturas teóricas conexas que aquí se presentan. (De laIntroducción de Marcelo Pakman)
Klaus Krippendorff analiza las metáforas de la comunicación y suimpacto sobre ésta, Sara Cobb estudia críticamente las oportunidades y los dilemas que resultan de las construcciones narradas por mujeresgolpeadas por sus experiencias, Sheila McNamee ejemplifica unainvestigación construccionista social con el tema del «agotamiento» de los profesionales que trabajan en los servicios sociales, William D.Lax explora los paralelismos entre el construccionismo social y elbudismo a partir del impacto de la narrativa de ambas en lasubjetividad, Mary E. Olson contrasta la tradición literaria textualcon la tradición oral en función de su valor para la técnicaterapéutica, James L. Griffith y Melissa Elliot Griffit exponenalgunas prácticas construccionistas en casos de somatización comoalternativas a la marginalización de ciertos pacientes en prácticastradicionales, Jay S. Efran y Salvatore V. Libreto analizan losposibles aportes del constructivismo a la psicoterapia a partir de una crítica de la terapia como fenómeno social, Marcelo Pakman resaltaciertas potencialidades del constructivismo y del construccionismosocial como metodologías de acción en el trabajo terapéutico consectores marginados de la población.