Fue el gran samurái Akechi Yukimura, defensor del Emperador, quienencontró al bebé entre los restos calcinados por el ataque de losbandidos. El niño tenía los ojos muy redondos, y su piel, un tonopálido que le pareció insano. Sí, era un niño extranjero, pero Akechilo adoptó como hijo. Le puso por nombre Sanada. Y Sanada creció y seformó en el camino de la perfección y de la espada. Eran tiempos deguerra y Sanada luchó a favor del Emperador. A pesar de su juventud,la fama de Sanada ha ido creciendo y extendiéndose de maneraimparable. En su búsqueda de sus verdaderos orígenes y para desvelarel secreto de su nacimiento, el samurái ha recorrido ya todo elImperio chino. Y allí por donde ha pasado, ha demostrado con valentíasu destino de libertador y defensor de la justicia. Sin embargo, noestaba preparado para enfrentarse a un implacable enemigo: lasterribles arenas del desierto?