Siempre nos llega el mismo mensaje: si, tanto hombres como mujeres,queremos resultar creíbles como líderes, no solo debemosmasculinizarnos, sino que debemos desfeminizarnos.De alguna forma consiguieron hacernos creer que la razón de ladesigualdad era nuestra incapacidad para despedirnos de una herenciade sueños feminizados. Por eso es importante aprender a transformarlos recursos femeninos en bienes, transformar para todos lo femeninoen una fortaleza. En poderío.