«Este libro puede parecer extraño al provenir de alguien que desde una temprana edad ha vivido con los hábitos de monje. Aun así no veoninguna contradicción en ello. Mi fe me impulsa a procurar elbienestar y el beneficio de todos los seres y a extenderlo más allá de mi propia tradición, tanto a los que profesan otras religiones como a los que no profesan ninguna, lo cual está absolutamente enconsonancia con la proposición anterior».
«Confío plenamente en que es posible y valioso dotarse de un nuevoabordaje laico en aras a gozar de una ética universal. Mi confianzaderiva de mi convicción de que todos nosotros, todos los sereshumanos, poseemos esa inclinación o predisposición básica hacia lo que percibimos como bueno. En consecuencia, soy de la firme opinión deque tenemos a nuestro alcance la forma y los medios para afianzar losvalores internos sin contradecir ninguna religión y, lo que es másesencial, sin tener que recurrir a la religión».