Una novela perfecta, rebosante de nobleza. Una obra excepcional quefue galardonada con el Premio Alfaguara de novela de 1998.Por elganador del Premio Cervantes 2017.1907. León, Nicaragua. Durante unhomenaje que le rinde su ciudad natal, Rubén Darío escribe en elabanico de una niña de nueve años uno de sus más hermosos poemas:«Margarita, está linda la mar...».1956. En un café de León, unatertulia se reúne desde hace años, dedicada, entre otras cosas, a larigurosa reconstrucción de la leyenda del poeta. Pero también aconspirar. Anastasio Somoza visita la ciudad, en compañía de suesposa, doña Salvadorita. Está previsto un banquete de pompa y boato.Habrá un atentado contra la vida del tirano, y aquella niña delabanico, medio siglo más tarde, no será ajena a los hechos.SergioRamírez logra, en Margarita, está linda la mar, que toda la historiade su país quepa en una cumplida metáfora de realidad y leyenda. En un lenguaje cuya brillantez subyuga al lector, con ráfagas de humor eironía que asombran por su precisión poética, la acción va tramandocaminos de medio siglo entre los dos niveles del relato, creando uncontinuo temporal entre el pasado y el presente que parece pertenecera los mejores territorios del mito. Y dentro de este ámbito literario, con mucha más realidad que los hechos concretos, el amor nos haceconocer personajes de impecable identidad, originales, tiernos,necesarios, inscritos en la mejor tradición de las grandespersonalidades de la literatura latinoamericana.