Y la energía de la idea fija, que sube de las tinieblas de sus raícespara organizarse y manifestarse en la luz de su flor, es unespectáculo incomparable.Si es difícil descubrir, entre las grandesleyes que nos agobian, la que más pesa sobre nuestros hombros,respecto a la planta no hay duda: es la que la condena a lainmovilidad desde que nace hasta que muere. Así es que sabe mejor quenosotros, que dispersamos nuestros esfuerzos, contra qué rebelarseante todo. Y la energía de su idea fija, que sube de las tinieblas desus raíces para organizarse y manifestarse en la luz de su flor, es un espectáculo incomparable.