La cuestión de las relaciones entre lo cómico y las artes figurativasha sido examinada con frecuencia (por nombres como Paul Barolsky,Alessandro Nova o Michael Hochmann) desde que, en 1945, GiulianoBriganti interpretara en clave paródica los frescos de PellegrinoTibaldi en el Palacio Poggi de Bolonia. Por su parte, José EmilioBurucúa nos descubre en este fascinante ensayo cuáles fueron losmecanismos y las fórmulas inventadas por los artistas europeos de laprimera modernidad para provocar con sus imágenes la risa de loscontempladores. El punto de partida de La imagen y la risa es lateoría estética de la cultura que fundara el historiador del arte AbyWarburg en el primer cuarto del siglo XX. Burucúa aplica la categoríade Pathosformel al caso de las representaciones cómicas, especialmente en el campo del grabado italiano y francés de los siglos XVI y XVII.Pero su alcance puede ser mayor y servir, a la postre, para discutirun programa de investigación sobre las imágenes y la risa en lascivilizaciones euroamericanas.
La Pathosformel, o «fórmula expresiva», es «un conglomerado de formasrepresentativas y significantes, históricamente determinado en elmomento de su primera síntesis, que refuerza la comprensión delsentido de lo representado mediante la inducción de un campo afectivodonde se desenvuelven las emociones precisas y bipolares que unacultura subraya como experiencia básica de la vida social». Así define José Emilio Burucúa este concepto que el propio maestro Aby Warburgno llegó a explicitar.