«El hecho es que resulta fácil reconocer a un hombre malvado a simplevista: tiene el mismo aspecto que
ustedes o yo». A pesar de su odio hacia los nazis, a Bernie Gunther no le queda más remedio que cumplir los deseos de
altos mandos como Josef Goebbels. Siguiendo las órdenes del ministrode Propaganda, Gunther tiene que viajar a la
peligrosa Yugoslavia y a una Suiza engañosamente neutral. Pero estamisión es diferente a las demás. Esta vez está en
juego el amor de una mujer.