En 1912, Marcel Duchamp ideó La Caja Verde, un receptáculo dondeguardaba pequeños trozos de papel con las ideas que ocasionalmente leasaltaban, resortes destinados a activar la mente y que son propiedadde todos y están por todas partes, para quien los sabe ver einterpretar, encarnados en ruidos secretos, pinturas, poemas o encualquier montón de basura juntada al azar, porque el pensamientocreador no se agota en el objeto sino que se prolonga más allá dellenguaje como arqueología del sentimiento, como teatro de la memoria y escenas de la mente. Antes de llegar a Duchamp, Orihuela se remontapor la historia de las imágenes y diserta sobre Masaccio, Caravaggio,las cámaras de objetos de coleccionista y otros muchos hitos de laHistoria del Arte y sus fascinantes protagonistas.