La caída en el tiempo, el quinto de los libros de E.M. Cioran escritos en francés, se publicó por primera vez en 1964. Es uno de los textosmás desencantados, diríamos casi amargos, pero también más hondamentelúcidos, más implacables con lo que llamamos condición humana. Lostemas que comenta aquí son hoy recurrentes en toda su obra, peroalgunos, como el que precisamente da título al libro, fue en sumomento del todo inexplorado, desconcertante, como casi todos lostemas que nos ha ido «revelando» este hombre que «ha caído deltiempo», como él dice de sí mismo.« A fuerza de permanecer sentados al borde de los instantes para contemplar su paso», escribe, «acabamosno distinguiendo ya en ellos sino una sucesión sin contenido, tiempoque ha perdido substancia, tiempo abstracto, variedad de nuestrovacío. (?) Nos toca ahora devolverle la vida y adoptar para con él una actitud clara, carente de ambigüedad. ¿Cómo lograrlo, cuando inspirasentimientos irreconciliables, un paroxismo de repulsión yfascinación?» Las cuestiones que plantea Cioran en sus libros, y en La caída en el tiempo en particular, están siempre destinadas asituarnos sin piedad ante la perplejidad de estas y otras paradojas en las que se empantanan nuestra vida y nuestro pensamiento. Así, ¿es la inocencia el estado natural del hombre?, ¿en qué es sospechoso elinterés del hombre civilizado por las poblaciones «atrasadas»?, ¿porqué el escéptico es ante el bárbaro un muerto en vida?, ¿por qué unosprefieren la gloria y otros la inmortalidad? ¿aumenta el dolor laconciencia del hombre? ¿por qué al que «sabe» le sobrevieneirremediablemente la inquietud?, ¿en qué cambia al hombre el miedo ala muerte?