Al igual que los cínicos de la antigua Grecia, a los que tanto admiró, la trayectoria de Cioran ha constituido un intento desesperado deresponder a una inquietud : cómo vivir en un mundo desquiciado y en el que la razón se ha revelado como un mito. Con la implacable precisión de un silogismo, cada uno de sus libros ha revelado minuciosamente,entre el sarcasmo y la lucidez, la nada que somos. «Todo el mundo meexaspera. Pero me gusta reír solo.» Es posible que en este aforismoresida todo el espíritu que sustenta este último libro de E. M.Cioran. Ese maldito yo contiene, pues, aforismos sin temaspredominantes, salvo el yo, un yo maldito como todo lo que respira,probablemente porque, como reza en algún lugar de este libro, «si elhombre olvida con tanta facilidad que es un ser maldito, es por que lo es desde siempre». Según declara el propio autor : «En este libro, en el que predomina el Fragmento, las verdades y los antojos se codeande principio a fin. ¿Cómo disociarlos, cómo saber lo que es convicción y lo que es capricho ? (?) Al ser Ese maldito yo una secuencia deperplejidades, encontrarán en él interrogantes, pero ningunarespuesta. Por lo demás, ¿qué respuesta ?». Pero nadie que conozcaaunque sólo sea un poco la palabra de Cioran puede pedirle respuestas, sí, en cambio, puede el lector necesitar las vacilaciones de este«escéptico al servicio de un mundo agonizante» (como se define élmismo aquí) tal vez porque crea con él que «las religiones, al igualque las ideologías, que han heredado sus vicios, no son en el fondomás que cruzadas contra el humor».