EVALUAR Y APRENDER: UN ÚNICO PROCESO

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$29.275
$23.420
IVA incluido
Importado Despacho 12 a 20 días hábiles
Editorial:
OCTAEDRO EDICIONES
Año de edición:
ISBN:
978-84-18083-58-7
Páginas:
160
Encuadernación:
Rústica
Idioma:
Castellano
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¿Podemos los docentes promover que el alumnado esté más interesado enaprender y no tanto en la «nota»? ¿Podríamos imaginarnos todo un curso sin dar ninguna «nota» y, solamente al final, consensuar unacalificación? Tal vez este sea un deseo que muchos tenemos y que, siqueremos que se convierta en realidad, exige que reexaminemos a fondoel sentido y la práctica de la evaluación. Esta revisión parte de la asunción de que la función fundamental de la evaluación es regular todo el proceso de aprendizaje, es decir,centrar su fuerza en un buen feedback, que ayude al alumnado a tomarbuenas decisiones para identificar qué hace ya suficientemente bien ycómo puede vencer los obstáculos que le vayan surgiendo. Condicionesnecesarias son, por una parte, el cambio en el estatus del error, afin de que se perciba como algo normal y el punto de partida paraaprender. Y, por otra, el paso del protagonismo de la evaluación alalumnado, dado que es este quien tiene que corregirse y encontrar losmejores caminos para reconocer los aciertos y avanzar en la superación de las dificultades.Sobra decir que esta nueva perspectiva de lo que tradicionalmentehemos entendido por evaluar no se puede reducir a decir a los alumnosque se autoevalúen, ya que, para que lo hagan de forma autónoma, esnecesario cambiar otros muchos aspectos de la práctica escolar. Es una transformación que requiere tiempo, pero a medida que se vainteriorizando, la evaluación pasa a ser útil y gratificante paratodos, aprendices y docentes.

¿Podemos los docentes promover que el alumnado esté más interesado enaprender y no tanto en la «nota»? ¿Podríamos imaginarnos todo un curso sin dar ninguna «nota» y, solamente al final, consensuar unacalificación? Tal vez este sea un deseo que muchos tenemos y que, siqueremos que se convierta en realidad, exige que reexaminemos a fondoel sentido y la práctica de la evaluación. Esta revisión parte de la asunción de que la función fundamental de la evaluación es regular todo el proceso de aprendizaje, es decir,centrar su fuerza en un buen feedback, que ayude al alumnado a tomarbuenas decisiones para identificar qué hace ya suficientemente bien ycómo puede vencer los obstáculos que le vayan surgiendo. Condicionesnecesarias son, por una parte, el cambio en el estatus del error, afin de que se perciba como algo normal y el punto de partida paraaprender. Y, por otra, el paso del protagonismo de la evaluación alalumnado, dado que es este quien tiene que corregirse y encontrar losmejores caminos para reconocer los aciertos y avanzar en la superación de las dificultades.Sobra decir que esta nueva perspectiva de lo que tradicionalmentehemos entendido por evaluar no se puede reducir a decir a los alumnosque se autoevalúen, ya que, para que lo hagan de forma autónoma, esnecesario cambiar otros muchos aspectos de la práctica escolar. Es una transformación que requiere tiempo, pero a medida que se vainteriorizando, la evaluación pasa a ser útil y gratificante paratodos, aprendices y docentes.

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