Diversas veces, en la obra de Manganelli, había aflorado la figura del Bufón, como el personaje que es el lugar natural de la literatura yde toda invención de historias. Pero sólo en este libro el Bufón sepresenta directamente sobre el escenario y habla de principio a fin en una novela que contiene en sí muchas otras novelas (entre ellas unairresistible novela de espías), como si la voz narradora fuera también la de un mercader que exhibe suntuosas telas para encantar (¿paraengañar?) a su cliente. Y el cliente del Bufón no puede ser más queuno, su eterna contrapartida, el Tirano, del cual el lector ,todolector, no es más que uno de sus muchos dobles.