Bartley Alexander anda ya por la mediana edad y es un ingeniero deéxito, un hombre hecho a sí mismo, admirado por los puentes queconstruye. Casado con una mujer culta y rica, vive en una bonita casaen Boston y parece también tener una feliz vida conyugal. Pero en unviaje a Londres vuelve a encontrarse con un antiguo amor, HildaBurgoyne, a la que conoció en París cuando era estudiante y que ahoraes una actriz famosa. El reencuentro reaviva «la energía de lajuventud que debe reparar en sí misma y pronunciar su nombre antes dedesaparecer». A los dos las cosas les han ido bien, sin embargo, quizá no hayan agotado sus posibilidades.