Durante la mayor parte de la Historia de la Vida en nuestro planeta,el paisaje viviente semejó una desolada y remota playa en la que lamirada no pudiera descubrir ni rastro de animales o plantas. Solamente algunas manchas de color en los lodazales o las charcas costeras,algún bulto informe sobre las playas o los pantanos, darían algúnindicio de los poco llamativos habitantes que pululaban por aquellosmares ancestrales. La historia de estos primeros pasos es lo quepretende relatar este libro.