Este libro desea mostrar que el eje en torno al que debe dilucidarsela cuestión del fenómeno religioso no es el concepto y la existenciade dioses -que no son más que imaginarios referentes secundarios yderivados de reelaboraciones del animismo prehistórico y lasuperstición dualista, ampliamente explicados en Ateísmo yReligiosidad (Siglo Veintiuno de España Editores, 1997)-. Dichacuestión se ventila en el ámbito de las actuales relaciones de laciencia con la religión: es decir, la necesidad de saber si, además de la materia y sus productos, existen espíritus o factores inmateriales constitutivos de un plano animista superior al de la realidad natural (mundo físico), situado por encima de la naturaleza y sus leyes-descubiertas y sistematizadas por el progresivo avance de laciencia-, que se subordina a una supuesta sobrenaturaleza (mundoespiritual). Este imaginario plano ontológico de lo sobrenaturalsubyace y a la vez interviene en la naturaleza, orientándola,alterándola o suspendiéndola conforme a los propósitos y proyectos delos entes que se manifiestan en el fenómeno religioso en sus diversasfiguras. La religión garantiza ilusoriamente la creencia en laeternidad de la vida, y en la cancelación de la muerte. El espírituinstaura un universo inmaterial, celeste y eterno que equivale alparadigma o prototipo de los llamados fenómenos paranormales en lanaturaleza de nuestras propias vidas materiales del mundo presente,imponiendo la certeza de la escisión dualista (materialismo-espiritualismo) en cuyo seno discurre nuestra existencia. Frente a estasuperstición generadora de un mundo de carácter esquizoide, elmaterialismo unitario representa la concepción científica de larealidad. La actividad de la ciencia camina con paso acelerado yseguro hacia la radical supresión del sobrenaturalismo, tanto en laexpresión evolutiva de sus formas sacrales como en la proliferaciónactual de sus formas secularistas. El ateísmo hay que definirlo hoy,en su generalidad, como la irreligiosidad.