La magia existe. Aunque nadie la llama así: la llaman prodigios. Paraque suceda un prodigio alguien tiene que pedirlo y esperar a que losdioses, sean cuales sean, respondan.Desde que la Inquisición los prohibió en Europa, pasaron a convertirse en meras leyendas. Pero unos pocos harán lo posible para que losprodigios regresen...A comienzos del siglo XVIII, el noble Brandon Charlemont llega a Romabuscando la fama y toda la fortuna que pueda amasar, mientras que IdaO'Leary sólo anhela una vida tranquila y, si no es mucho pedir,encontrar a su prometido. Sin embargo, algo terrible acecha bajo laciudad eterna, algo que puede cambiar sus planes y también todo lo que conocen.