Al genial humor de los dibujos de Antonio Mingote, se une aquí susorprendente capacidad para narrar en menos de un folio. Y es que enla mayoría de los cuentos de este volumen, el autor no ha necesitadomás de 200 palabras para hacer sonreír al lector. Unas veces con rima, otras con un sencillo diálogo, siempre con una ironía fina y ciertotoque de surrealismo, Mingote nos lleva a su particular mundo dondeprevalece el humor, pero no falta la reflexión sobre el sentido de lavida.