No importa si alguien osó prometerte la luna y le creíste, loimportante es descubrir que nadie puede darte aquello que no posee. Al destino se le puede esquivar, pero el corazón siempre te encuentraMientras espera la visita de su hijo, Miranda recibe un emailprocedente de un abogado barcelonés, que le comunica que obra en supoder un paquete remitido por el escritor escocés William Urquhart con el encargo de serle entregado en mano. Han pasado cinco años y susintentos por olvidar su pasado parecen consolidarse. Cambió su tierra, la costa de Vizcaya, por el campo salmantino, la tutela de sus hijospor la compañía de Zuri, su labradora, pero el nombre de Williamparece cobrar vida en la pantalla de su ordenador, amenazando consocavar la paz del hotel rural El Cielo Azul del que ahora espropietaria. Sin pensarlo demasiado responderá al abogado: «... Aunque resulte tentador abrir ese paquete misterioso del que me habla, no lo haré...». Miranda no puede imaginar que su negativa traspasará laspuertas de una intimidad que no está dispuesta a volver a entregar.