Para caracterizar un régimen como liberal-democrático basta conrecurrir a la siguiente argumentación: debe constituirse en un sistema normativo de garantías para la alternancia en el poder, articular unsistema de partidos competitivos donde sea posible la existencia demayorías y minorías y, por último, tiene que existir una ley electoral consensuada donde practicar el ritual. Dicha propuesta se acompaña de un relato ad hoc de democracia articulado bajo la doctrina de ladivisión de poderes y la teoría de la justicia equitativa. Un guiónconstruido en forma de paradojas de la acción, donde la mejordemocracia es aquella que está en las normas pero no se debe ni puedepracticar.