«Siete meses antes de morir, Carmen le preguntó a su prima Soledadmientras paseaban juntas por el olivar del convento de monjas deArenas de San Pedro: ¿Crees que podrían enterrarme aquí? No puede ser. Aquí está prohibido enterrar a seglares, Carmen. He hecho tantascosas prohibidas en mi vida, prima, que no sé si una más importaríademasiado».
Carmen Díez de Rivera fue una mujer única. Hija de la marquesa deLlanzol, a los diecisiete años tuvo que renunciar a un amor prohibido. Esa herida profunda marcó el resto de su vida. Tuvo una granrelevancia en la Transición, fue jefa de Gabinete de la Presidenciadel Gobierno durante el primer mandato de Adolfo Suárez e influyódecisivamente en la legalización del Partido Comunista. Antes de morir de cáncer dictó sus memorias, pero omitió numerosos detalles que hanpermanecido ocultos.
En esta novela, Luis Herrero ha tratado de rellenar los vacíos de sutestimonio. El resultado es un relato tan fascinante como suprotagonista, en el que su vida y todas las circunstancias personalesy políticas que la rodearon salen a la luz por primera vez.