«Infarto es una palabra muy fea, vil.» Lo dice Julio Anguita trassufrir dos de ellos, una angina de pecho y una operación en la que lecolocaron un triple by-pass. Sin embargo, la enfermedad no haprovocado que el anterior coordinador general de Izquierda Unida hayadisminuido su actividad: acude al gimnasio tres veces a la semana,recorre toda España como conferenciante y, por supuesto, continúa suintenso ritmo intelectual. Ha decidido escribir este libro -repleto de vivencias no sólo médicas sino humanas, espirituales y políticas-,como estímulo vital para aquellos que se sientan acorralados por undiagnóstico que nadie desea escuchar nunca, para quitar la cargamaldita que acompaña al temido infarto y para animar a las personasque estén en su misma situación, transmitiéndoles el convencimiento yla experiencia de que se puede continuar haciendo una vida corrientesin ningún temor.El relato de Anguita no se sitúa en el lado de losdiagnósticos médicos, sino en la parte emocional de un enfermo. Másque ciencia lo que hay en él es coherencia y ganas de saborear todoslos placeres que la vida ofrece. «¿Dónde estábamos hace cien años,dónde estaremos dentro de un tiempo?», se llega a preguntar, «vamos yvenimos al frío del cosmos». Este es el testimonio de un combatientesiempre en la trinchera. Como él mismo afirma, «el corazón me da piepara hablar de otras cosas que también son motores de nuestras vidas.Donde hay latido hay esperanza, donde fluye la sangre hay ideas. Porlo tanto, más que un libro clínico, en sus manos tiene un libro quehabla del ser humano».