La pintora Marisa Camino conoció a John Berger en Madrid, a principios de la década de los noventa y a partir de ese encuentro comenzaron aintercambiar cartas y dibujos. Y así, desarrollaron cuestiones acercade la naturaleza del espacio en las pinturas rupestres, la apelación a la memoria corporal que nos lanzan los objetos de un bodegón o lapulida ingravidez de las esculturas de Brancusi...