«A veces odiaba ver fantasmas».Irlanda, 1997. Bree regresa con su madre al pueblo de su infancia para huir del dolor de la muerte de su padre. No obstante, la casa noresulta ser el refugio que esperaba: en medio de la oscuridad, lasbombillas se rompen solas, en los espejos aparecen palabras y en lashabitaciones se cuela un frío sobrenatural.Es posible que, como su amigo Adam le asegura, tenga el don depercibir presencias extrañas. Pero a ella le recuerda más a unamaldición. A fin de cuentas, a todo el mundo lo persiguen sus propiosespíritus... y los de Bree han dejado de ser invisibles.«Ya no sabía qué fantasma me asustaba más: el que habitaba la casa oel que habitaba nuestra piel. No sabía cuál nos mataría primero».