“Debido a su revoltosa actuación, la primera mujer y madre de todo lo viviente es la principal inculpada de todos los males de la humanidad. Todavía más: en virtud de esa mítica efeméride, la culpabilidad de Eva se hereda a todas las generaciones de mujeres, habidas y por haber, tal como la invención de la rueda suele ser entendida como patrimonio exclusivo del linaje de los hombres”.
¿Por qué, si quienquiera que lea el Génesis puede advertir que el hombre y la mujer actuaron en complicidad, es Eva la que se lleva la peor parte?
¿Por qué se le llama seductor a un hombre que logra muchas conquistas amorosas, mientras que a la mujer que hace lo mismo se la califica de puta?
En esta minuciosa y amena investigación, Roberto Suazo, doctor en Literatura de la Universidad de Chile, responde estas y otras preguntas, al tiempo que propone un ágil recorrido por la historia de la opresión patriarcal, a la que pone en directa relación con la representación maligna de lo femenino.
