Pocos como los historiadores se han preocupado tanto de forjaridentidades a lo largo del planeta. El pasado podemos usarlo casi para cualquier cosa que se desee hacer en el presente. Con responsabilidad para obtener reafirmación, lecciones o consejos y para abusar de él,para crear mentiras sobre un pasado que nunca existió, alimentar elnarcisismo colectivo o escribir historias desde una únicaperspectiva.Los usos y abusos de la historia dan para mucho. En estaobra Margaret Mead trata del modo en que se usa la Historia y en quese abusa de ella, en que se la manipula para justificar una matanza,una guerra o el poder de un tirano, en que se la sustituye porleyendas urdidas para alimentar el narcisismo colectivo, paraenvejecer y ennoblecer un pasado que no tuvo nada de ejemplar ni deglorioso o que sencillamente no existió."Usamos la Historia paraentendernos a nosotros mismos y deberíamos usarla para entender a losotros", escribe MacMillan, pero el catálogo de desatinos que ellamisma enumera le da a uno una idea más bien pesimista de la actitudhumana hacia el conocimiento de la verdad.