MAYOR, ZARAGOZA / "SOARES, MARIO "
Pese a la cercanía geográfica y las numerosas coincidenciashistóricas, a menudo Portugal y España parecen vivir la una deespaldas a la otra. Se necesitan dos personalidades tan vigorosas como las de Mário Soares (que ha sido Presidente y Primer Ministro dePortugal) y Federico Mayor Zaragoza (ex director general de la UNESCO) para percatarnos de la fecundidad de un diálogo entre dos realidadespolíticas y culturales que comparten no sólo una península, sinotambién diversas cuestiones de actualidad como el devenir de la UniónEuropea, la inmigración, los derechos sociales o la preocupación porIberoamérica. Un diálogo que además de trascender el territorioibérico para debatir sobre problemas que (como la pobreza o lasostenibilidad) afectan a la totalidad del planeta, termina porconvertirse en una conversación personal entre dos personasfascinantes de ideas convergentes a quienes une una misma preocupación sincera: «Manifestar, sin violencia, pero con firmeza yperseverancia, que ha llegado el momento de que la voluntad de lagente, y no la de unos cuantos, prevalezca».Pese a la cercanía geográfica y las numerosas coincidenciashistóricas, a menudo Portugal y España parecen vivir la una deespaldas a la otra. Se necesitan dos personalidades tan vigorosas como las de Mário Soares (que ha sido Presidente y Primer Ministro dePortugal) y Federico Mayor Zaragoza (ex director general de la UNESCO) para percatarnos de la fecundidad de un diálogo entre dos realidadespolíticas y culturales que comparten no sólo una península, sinotambién diversas cuestiones de actualidad como el devenir de la UniónEuropea, la inmigración, los derechos sociales o la preocupación porIberoamérica. Un diálogo que además de trascender el territorioibérico para debatir sobre problemas que (como la pobreza o lasostenibilidad) afectan a la totalidad del planeta, termina porconvertirse en una conversación personal entre dos personasfascinantes de ideas convergentes a quienes une una misma preocupación sincera: «Manifestar, sin violencia, pero con firmeza yperseverancia, que ha llegado el momento de que la voluntad de lagente, y no la de unos cuantos, prevalezca».