Tres décadas después de la publicación de su anterior novela, laaparición de Todo lo que hay constituyó el acontecimiento literariodel año en Estados Unidos. Ambientada en las décadas doradas quesiguieron a la Segunda Guerra Mundial, en ella se dan cita los temas,inquietudes y pensamientos que han ocupado a Salter toda su vida, eseafán permanente por capturar los espacios íntimos, evanescentes, quetodos albergamos y dejarlos grabados en tinta sobre papel.
Tras participar como joven oficial en las batallas navales de Okinawa, Philip Bowman vuelve a casa y, después de pasar por Harvard, consigue un empleo en una pequeña editorial de renombre en Nueva York. En esaépoca, la edición atañe a un puñado de editoriales en América y Europa que desarrollan su negocio en una frenética actividad social:cócteles, cenas, encuentros en apartamentos de leyenda yconversaciones que se alargan hasta altas horas de la madrugada. Enesos ágapes mundanos donde se fraguan acuerdos furtivos y se decidencarreras literarias, Bowman se siente como pez en el agua. Sinembargo, pese a su éxito profesional y a sus infalibles dotes deseductor, el amor duradero parece eludirlo. Cuando finalmente conoce a una mujer que lo fascina, Bowman emprenderá un camino que nunca había pensado transitar.
La narración de Salter es un deslumbrante y en ocasiones devastadorlaberinto de amor y ambición, un retrato intimista de las conmocionesy los placeres de estar vivo. El éxito comercial de esta obra cumbre-llegó a los primeros puestos del NYT- contribuirá sin duda a que unpúblico mucho más amplio disfrute de la maestría narrativa de uno delos autores norteamericanos más importantes de su generación.