Cuando Chelo empezó a trabajar en una empresa como secretaria dedirección, todos valoraban su trabajo, su esfuerzo y su dedicación.Los habituales elogios por parte de gerencia y la transformación de su contrato en indefinido, incluso después de haber informado de suembarazo, no hicieron más que confirmar hasta qué punto era valorada.Sin embargo, a la vuelta de la baja maternal, la cambiaron dedepartamento, con un nuevo jefe directo... y entonces empezó elasedio. Cada vez más arrinconada en el trabajo, Chelo cayó en unaprofunda depresión -que la llevó hasta casi el suicidio-, de la quelogró salir gracias a sus seres queridos y sus enormes ganas de vivir.