Cuando en 1926 aparece la novela Tigre Juan. El curandero de su honra, el mundo cultural y artístico español se encontraba en plenaebullición. Ortega había publicado en 1925 su Deshumanización delarte, obra en la que figuraba una sección titulada ", Ideas sobrela novela ", , que suscitó una serie de respuestas y debatespúblicos. Aunque al margen de los debates, Pérez de Ayala, con unaactitud irónica y distante, se preguntó en un ensayo qué es unanovela, cuál es su porvenir y por qué los novelistas no se dan porenterados de que alguien ha decretado su muerte y desaparición,anunciando, de paso la próxima aparición de la que había de ser suúltima novela larga: Tigre Juan. El curandero de su honra, con la queel autor era consciente de estar abriendo nuevos caminos en el terreno del arte narrativo. Por esta novela se le concedió el Premio Nacional de Literatura. El ambiente de su patria chica, Asturias, que vemosreflejado y recreado en casi todas sus novelas, se pone de relieve enTigre Juan donde cobra tanta importancia la naturaleza misma y losmotivos de la mitología asturiana.