Sophie Germain no es un personaje anecdótico en la historia de lasmatemáticas. Con sus errores y aciertos, como los de cualquierinvestigador, hizo valiosas aportaciones al desarrollo de estaciencia, que convirtió en su pasión.
Se podría escribir de ella como científica, sin más, igualándola a sus colegas de la época, como Lagrange, Legendre o Fourier, en cuyasbiografías nadie se detiene a recalcar su género. Estoy segura de queSophie hubiese deseado que no hubiese que señalar constantemente quefue una mujer. Querría decir que tuvo a su alcance todo aquello de loque gozaron sus colegas: acceso a una formación, respeto por susresultados y ausencia de paternalismo. Pero la realidad fue muydistinta. Como cualquier persona, fue fruto de sus circunstancias. Notuvo problemas por el dinero o por el color de su piel, los tuvo porser mujer.