SOL PONIENTE

SOL PONIENTE

$39.985
IVA incluido
Sujeto Disponibilidad de Proveedor
Editorial:
(084).DE PONENT
Año de edición:
ISBN:
978-84-15944-37-9
Páginas:
88
Encuadernación:
Cartoné
Idioma:
Castellano
Peso:
200
Dimensiones:
300x230
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Escribir sobre el exilio sin ser un exilado es, cuando menos, trivial. Todos los almerienses que hemos sido sorprendidos por mayo al nortedel paralelo 38 hemos sentido el hondo mordisco de la nostalgia anteel recuerdo de la tibieza y la claridad que quedaban tan lejos. Poreso, comparado con la tragedia del
que cruzó el Atlántico en barco o los Pirineos a pie, con laincertidumbre del destino cargada a sus espaldas, hablar sobre elexilio sin ser un exilado puede parecer hasta inmoral.
Por eso Sol Poniente no habla del exilio. sus personajes tienen otrosproblemas: Estela, casada con un francés, está totalmente integrada en la vida de su nuevo país. Elías parece sentirse como pez en el aguaen la media docena de países donde ha vivido. Alexis es tan buenamericano como el que más, y seguramente habría votado a Reagan porsegunda vez, si lamuerte no lo hubiera sorprendido antes. Hasta PeterMcLaren, el joven escocés que llegó a Almería a los doce años huyendode la gran guerra, se quedó por alguna razón, y le dolían como suyoslos defectos de la tierra.
no, Sol Poniente habla de otras cosas. Habla de la memoria. Porque elpasado es lo que tenemos para afrontar el futuro, y la vida apenas sinos deja darnos cuenta de que los recuerdos
se nos van escapando de las manos, dejándonos como pálidos espectrossin más apoyo que el de cuatro clichés mal hilvanados que seguramentenos están viciando la imagen de lo que éramos y, por tanto, de por qué hemos llegado a ser lo que somos.
Pero hay más: memoria no sólo como una actividad autogratificante,sino como una buena inversión para el presente. El hecho de compartirrecuerdos une aún más a Elías y Estela, crea un fuerte vínculoafectivo entre ésta y Georges, y le da a Elías la satisfactoriasensación de no estar sólo en aquella (esta vez, real y definitiva)última tarde en París. El único personaje que no sale beneficiado deeste intercambio es Alexis, que parece no vivir más que en y para elpresente.
Pero, sobre todo,Sol Poniente habla del amor. Amor entendido en casitodas sus acepciones, desde la tortuosa pasión de Fernando, tododeseo, posesión y celos, hasta esa experiencia dulce y llena deternura que supuso para Elías quizá el recuerdo más precioso (encualquier sentido) de su vida. Y pasando por el cariño materno-filialque une a Estela con Georges, por la camaradería juvenil de PeteryPenélope,por la fuerte unión infantil de los niños, por la reposada ymadura relación del matrimonio Jouvert, por el cariñoso respetoqueGeorges siente por Elías.
Todo eso es lo que nos muestran los personajes de Sol Poniente, en suhumilde intento por llegar a hacerse entrañables y formar parte de lagalería mítica de cada uno.
Y algo más: que amor y memoria, mano a mano, tal vez eviten que nosconvirtamos en exiliados de nosotros mismos.