El imperio del economicismo, en su versión más radicalmenteneoliberal, ha ido comiendo terreno al resto de las ciencias sociales, que se han visto relegadas a una posición subordinada en laexplicación de los fenómenos sociales, rompiendo el equilibrioexplicativo que existía tiempo atrás entre economistas y sociólogos.Lejos de suponer su derrumbamiento, la Gran Recesión de 2008 no hahecho más que agravar sus nocivos efectos. Y el resultado perverso esla individualización de las personas, la comercialización de lasinstituciones y la mercantilización de las relaciones sociales.