SOBERANIA (EDICION DE THADEE KLOSSOWSKI)

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Importado Despacho 12 a 20 días hábiles
Editorial:
ARENA LIBROS EDITORIAL
Año de edición:
ISBN:
978-84-15757-54-2
Páginas:
265
Encuadernación:
Otros
Idioma:
Castellano
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La soberanía de la que hablo tiene poca cosa que ver con la de losEstados, la definida por el derecho internacional. Hablo en general de un aspecto opuesto, en la vida humana, al aspecto servil osubordinado. En otro tiempo, la soberanía perteneció a aquellos que,con los nombres de jefe, de faraón, de rey, de rey de reyes,desempeñaron un papel de primer orden en la formación del ser con elque nos identificamos, del ser humano actual. Pero pertenecióigualmente a las diversas divinidades, una de cuyas formas es el diossupremo, así como a los sacerdotes que las sirvieron y las encarnaron, que a veces formaron una unidad con los reyes, la soberaníaperteneció, finalmente, a toda una jerarquía feudal o sacerdotal quesólo presentó con aquellos que ocuparon su cima una diferencia degrado. Pero también: pertenece esencialmente a todos los hombres queposeen y nunca han perdido del todo el valor atribuido a los dioses ya los «dignatarios». Hablaré ampliamente de estos últimos porqueexponen este valor con una ostentación que a veces va de la mano deuna profunda indignidad. También mostraré que al expone

La soberanía de la que hablo tiene poca cosa que ver con la de losEstados, la definida por el derecho internacional. Hablo en general de un aspecto opuesto, en la vida humana, al aspecto servil osubordinado. En otro tiempo, la soberanía perteneció a aquellos que,con los nombres de jefe, de faraón, de rey, de rey de reyes,desempeñaron un papel de primer orden en la formación del ser con elque nos identificamos, del ser humano actual. Pero pertenecióigualmente a las diversas divinidades, una de cuyas formas es el diossupremo, así como a los sacerdotes que las sirvieron y las encarnaron, que a veces formaron una unidad con los reyes, la soberaníaperteneció, finalmente, a toda una jerarquía feudal o sacerdotal quesólo presentó con aquellos que ocuparon su cima una diferencia degrado. Pero también: pertenece esencialmente a todos los hombres queposeen y nunca han perdido del todo el valor atribuido a los dioses ya los «dignatarios». Hablaré ampliamente de estos últimos porqueexponen este valor con una ostentación que a veces va de la mano deuna profunda indignidad. También mostraré que al expone