Siguiendo el rastro de Ava Gardner, Sinatra estuvo en Españarepetidamente entre 1950 y 1964, conociendo de cerca un "maldito país" que se abría al turismo y a los intereses norteamericanos.Elestablecimiento de las relaciones diplomáticas que propicianlosrodajes de Hollywood, la censura, las juergas, la carestía o lapicaresca desfilan por estas páginas que ofrecen la crónica de losviajes de un mito y de toda una época de la vida española.