El mar, ese desierto de agua sin límites, incontrolable y con vozpropia siempre ha desbordado todo entendimiento y su naturalezasublime, como afirmaba Kant, impone a la imaginación la difícil tareade imaginar lo infinito, algo que, paradójicamente, a su vez nosinduce a pensar en la infinitud del espíritu. Gracias a ese caráctervoluble e imprevisible, el mar es capaz de revelarnos el espíritu enun sinfín de dualidades, el mar es el yin y el yang, por un lado, nosofrece su lado amable, la condición uterina de esa impetuosa madreantigua como lo llamaba Walt Whitman, su fuerza sanadora, las promesas que sugiere su inalcanzable lejanía y por otro, su carácter hostil eindómito, ese mare tenebrosum capaz de conducirnos a los más oscurosabismos mostrando su total inmisericordia. Los poemas escogidos paraesta antología son una humilde muestra de la importancia de la imagendel mar a través de la historia de la poesía japonesa, desde elprimero, perteneciente a la antología Manyooshuu del siglo VIII, hasta los últimos poemas escritos en el siglo xx.