Chistes de pollas, libidos neuróticas, lucha de sexos, hombrecitossalidos, hembras en acción... La pornografía que Robert Crumb practica en estas páginas está más cerca del delirio de los viejos dibujosanimados que del cine equis californiano. Porque Sexo majara, quecombate la corrección política con euforia erótica, es mucho más quesexo. Este libro presenta, por primera vez en nuestro país yrestaurado para la ocasión, el material que un Crumb veinteañerodibujó para las revistas alternativas que a finales de los 60 hicieron del cómic una poderosa arma política. La más divertida de todas.