«Todo duerme, todo duerme,/ todo calla en mi redor,/ todo yace en elsilencio,/ solamente velo yo». Los poemas de Amalia Domingo Soler nose escriben en silencio, sino que en ellos se escuchan las mismasvoces que hablan a la autora, y que luego nos dicen. Lejos delensimismamiento, la poeta afronta con su escritura una postura moral y ética, que clama contra el racismo y la esclavitud, y critica laviolencia de la historia de la humanidad. Escritora entre los siglosXIX y XX, lectora inteligente de la tradición, sus versos alcanzan más allá de la reflexión sobre el Espiritismo, una «escuela filosófica»que ella nombra con mayúsculas. Nos habla sobre el pasado y el futuro, sobre la forma en la que interpretamos el tiempo y lo imaginamos.