«Se llamaba Luis [...] Tenía treinta años. Era viudo, con dos hijos de trece y ocho años. Drogadicto desde los veinte». Así comienza elprólogo de esta novela, «una especie de retrato de un grupo familiar,afectado por el problema de la droga», que da la palabra a varias delas personas que de una manera u otra vivieron el drama de Luis. Cadauna de ellas aporta su modo de ser y sus propias experiencias, y porello la visión que de lo ocurrido se desprende es tan rica, pues secomplementan unos a otros y, al hacerlo, transmiten al lector lacomplejidad del conflicto y la imposibilidad de encontrar una verdadabsoluta.