SAEZ DE MATURANA, FRANCISCO JAVIER
Miraba a los ojos y lloraba ante un dolor humano. No era un"funcionario" de la Iglesia, el cariño era su mejor vehículocomunicativo del misterio de amor sincero que le dominaba. Estabaconvencido de que la religión cristiana, además de prepararnos para la vida eterna, nos ha de ayudar a todos a ser más felices en latierra.
La iniciativa de Juan XXIII de convocar el Concilio Vaticano II pusode manifiesto hasta dónde nos puede llevar el Espíritu como personas y como comunidad eclesial cuando estamos entusiasmados, es decir,confiados y abiertos a su acción.