¡Qué esplendoroso mediodía era aquél! El Tíber no era ya amarillosino azul. Había un rubor en los viejos puentes que los volvía frescos y fuertes nuevamente. El Panteón, con su majestuoso frente, todoarrugado y lleno de surcos como una vieja cara, ostentaba luz estivalen sus batidas paredes.ö;-;http://static.arnoia.com/imagenes_small/9788416/978841686860.jpg; 4,00;
Roma;DARIO, RUBEN;CASTELLANO;978-84-157;F950020077;CASIMIRO;7,00;30,0; 4,71;0;/ARTE, ARQUITECTURA, CINE Y FOTOGRAFIA - ARTE, ARQUITECTURA, CINE Y FOTOGRAFIA;ARTE;RUSTICA;120x170;9788415715559; 1; 2014; 64; 70,00;-;Al final del verano de 1900, siendo corresponsal en Europa delperiódico de Buenos Aires La Nación, Rubén Darío visitó Italia, unpaís muy presente en su obra poética.;-;http://static.arnoia.com/imagenes_small/9788415/978841571555.jpg; 4,00;
Pintores 2ªED;PROUST, MARCEL;CASTELLANO;978-84-157;F950020076;CASIMIRO;8,00;30,0; 5,38;0;/ARTE, ARQUITECTURA, CINE Y FOTOGRAFIA - ARTE, ARQUITECTURA, CINE Y FOTOGRAFIA;ARTE;RUSTICA;120x170;9788415715832; 2; 2016; 88; 10,00;-;Y nos encontramos ahí asomados sobre el cuadro, situándonos a ladistancia adecuada, intentando ahuyentar cualquier otro pensamiento,buscando comprender el sentido de cada color, resucitando de nuestramemoria impresiones pasadas que se asocian en tan etérea y multicolorarquitectura como hacen los colores en la tela."
