TAMAYO VELASCO, BEATRIZ JIMENA
En la incipiente economía digital, un puñado de empresas firmas connombres y apellidos, que en Occidente podemos reconducir al acrónimoGAFAM (Google, Apple, Facebook, Amazon, Microsoft) controlan losnuevos mercados y plataformas que van desarrollándose en su seno.Autoridades públicas y expertos alrededor de todo el mundo no dejan de manifestar su incomodidad ante la creciente concentración depodereconómico (¿y político?) que detentan estas empresas. Privacidad yprotección de datos de los ciudadanos, el bienestar de losconsumidores, incluso valores como la democracia, la libertadeconómica y de prensa, parecen ser los bienes jurídicos en riesgo ante la actitud despótica de estos gigantes tecnológicos. Tomando estepunto de partida, una cuestión flota en el aire: ¿cómo intervenirenlos mercados digitales? ¿Es suficiente el Derecho de la competenciapara hacer frente a esta situación o es preferible un marcoregulatorio ex ante? Y, en su caso, ¿cómo ha de configurarse esteinstrumento regulador? En este inquietante escenario, la Unión Europea ha lanzado su apuesta para hacer frente a toda esta problemáti