RIX, ANNIE / RIX MILITZ, ANNIE
Las riquezas mundanas han sido temidas, despreciadas, condenadas eincluso odiadas, a causa de la ignorancia del ser humano acerca decómo puede poseerlas sin ser poseído por ellas. En el otro extremo nos encontramos a la codicia, la adoración al dinero y el miedo atroz aperderlo. El hombre sabio evita ambas actitudes, pues sabe que lasriquezas mundanas son sólo un reflejo de la verdadera riqeuzaespiritual, qu8e es lo que debemos buscar en primer lugar y siempre.Una vez encontradas las riquezas del cielo, no se pueden evitar las de la tierra, salvo que uno las repudie expresamente. Debemos saberdiscernir y no despreciar que simboliza la bendición divina, perotampoco podemos dedicar nuestra vida a conseguir algoque no es laverdadera riqueza. El primer paso para lograr la prosperidad esmantener la actitud correcta en la mente y en el corazón, darnoscuenta de que la prosperidad y la espiritualidad deben de ir unidas en esta tierra y que el hombre es quien debe de realizar esta unión.