Cuando apareció El principito, durante la segunda guerra mundial, obtuvo mucha popularidad, sin embargo fue rápidamente clasificado como lectura infantil, y se convirtió en referencia de sensiblería. Hasta que se recordó que el amor y la emoción apelan a la libertad, a la necesidad de conquistar o recuperar sensaciones. La seriedad de este cuento no le resta belleza ni menos veracidad. Una edición autorizada por los herederos de Saint-Exupéry. Unica edición ilustrada con los dibujos originales del autor.