Quiso la fatalidad que Fafhrd, un corpulento bárbaro norteño, y elhabilidoso Ratonero Gris (que aún no era el Ratonero, sino un meroRatón) coincidieran en las calles de la decadente y seductoraLankhmar. Sellaron su amistad en las tabernas, y la búsqueda de nuevos horizontes los hermanó en peripecias sin cuento. Se toparon con losadversarios más temibles, las muchachas más deliciosas y loshechiceros más diabólicos, así como con bestias sobrenaturales yauténticos demonios. Juntos recorrieron las tierras maravillosas deNehwon y cometieron mil fechorías a ambos lados de los muros deLankhmar, pero nunca, nunca, nunca trabajaron como mercenarios.